Editorial
   
 

Reto para la escuela del futuro: Formación en el presente

 BETT (www.bettshow.com) es sin lugar a dudas, una cita obligatoria en Europa para todos los profesores que desean innovar con las TIC en el Aula. Se trata de la feria más emblemática en el sector de la educación, organizada por la prestigiosa BESA (Asociación de los proveedores de Educación, congénere de Iberdidac en España) y con el alto patrocinio del Department of Skills and Education (el Ministerio de Educación del Reino Unido) y del Times Education Suplement (el más prestigioso medio de comunicación en Educación de ese país).

 
 
 
Se trata del mayor evento mundial de TIC en la educación, donde 600 proveedores y 27.000 visitantes se dan cita y asisten a una variedad de seminarios y talleres prácticos, donde las NN TT están en el centro de la enseñanza. Desde luego, la magia de las pizarras digitales no es más que un valor añadido, ya que todos los colegios ya las utilizan. Un ambicioso plan de desarrollo profesional del profesorado británico, comentado por Ángel Sobrino en "innovaciones" este mismo número, hace casi universal el conocimiento sobre el uso de las TIC en el aula por parte de la gran mayoría de los docentes.

Reino Unido es uno de los países que ya han logrado la fase de experimentación y búsqueda activa de soluciones TIC en la que todavía se encuentran en desarrollo otros países como Argentina (del que presentamos un interesante ejemplo en la sección de "innovaciones"). Otro impresionante ejemplo es el caso de México, que alcanzará este año 1 millón de alumnos con más de 100.000 pizarras digitales interactivas, siguiendo de muy cerca el éxito alcanzado en el Reino Unido.

¿Qué hay de común en estos dos países más allá que una fuerte e ineludible voluntad política en su desarrollo educativo? Justamente la apuesta por la formación del profesorado en la utilización práctica de contenidos digitales en el aula. Eso hace que el catálogo de BETT se organice hoy totalmente en función de áreas disciplinares, como lenguas, matemática, o ciencias. Ya no se trata aquí que el profesor sea o no  capaz de usar el ordenador para enseñar: eso es un hecho ya común. Lo que se trata ahora es que se pueda elegir entre los centenares de materiales didácticos disponibles, los mejor adaptados a unas necesidades que tienen que ver con una utilización diaria de las TIC en el aula...¡Qué diferencia!

Coincidiendo con la salida del anterior numero de esta revista, hemos asistido a uno de lo más vivos debates en el grupo DIM a propósito de las 4 transformaciones en el artículo de Ferran Ruiz (nuestro entrevistado este trimestre), cuya esencia ha sido tan brillantemente resumida por Pere Marquès en la introducción que hizo en esa misma edición: "Revolución didáctica en las aulas", sin duda una excelente y necesaria labor de consensuar posiciones si queremos seguir siendo productivos en esta comunidad de conocimiento.

En un entorno tan complejo como suele ser el de la Educación en el siglo XXI, no podremos caer en el error reductor de creer que un solo factor - las TIC - todo lo podrán solucionar. Necesitamos abordajes sistémicos, que tengan en cuenta la multiplicidad de variables que condicionan lograr o no aquello que todos buscamos: mejores resultados. Pere Marquès habla de la oportunidad que ofrecen las TIC, el ordenador+Internet en el aula. Yo creo que deberíamos hablar igualmente de la formación de la comunidad escolar. Sí, los profesores, los alumnos (¿y por qué no también los padres?), deberíamos estar formados en algunas competencias mínimas para participar con éxito en la escuela del futuro, que todos buscamos... ¿Qué tipo de formación? Desde luego para los profesores del siglo XXI, se ve claramente que los retos a los que se tienen que enfrentar son dramáticos, y que no sólo las competencias pedagógicas tradicionales les bastan, si no que necesitan cada vez más competencias psico-pedagógicas y de intervención comunitaria. Competencias que pueden estar presentes en profesiones tan diversas como las de un psicólogo organizacional, un sociólogo político con experiencia de intervención comunitaria, un técnico de marketing, un programador informático, web-master, etc.

¿Estarán las facultades de Educación y Magisterio(s) preparadas para formar a los profesores del siglo XXI? ¿Qué importancia va a ocupar la autoformación permanente? ¿Quién la certifica? y por último, podrá cualquier uno optar ¿Podría cualquier diplomado optar por la profesión de profesor, o hay requisitos de perfil psicológico que serían importantes a tener en cuenta?

Los artículos seleccionados de Víctor Bermejo, Tomás de Andrés, Carlos Morales y Ramón Domenech, van en la línea de ofrecer algunas respuestas. A vosotros/as estimado/as lector/as os pedimos con mucho gusto vuestros comentarios para completar todo lo que nos falta y seguimos en seguir con la constructiva senda del debate.

Un feliz año en 2006: Por cierto, el 2º año de nuestra Revista.

Paulo Nunes de Abreu <p.nunesdeabreu@groupvision.com>
Coordinador del nº 3 de la revista digital "Didáctica, Innovación y Multimedia"